CATALOGS / CATÁLOGOS
[Recent Works], Galería EUDE, Barcelona, 1999
Obra reciente, Galería EUDE, Barcelona, 1999
Catalog Essay, written by Francesc Miralles [English translation]
The work of Yolanda del Riego is a frontier work. Its interest and importance are based on its surpassing the limits. For a creator, it is always a fascinating game of knowing that you are a few steps further here, a few steps further there; it is always fascinating to not know exactly what the coordinates are.
Yolanda del Riego constructs works that extend beyond the limits of technique and beyond the limits of what is in sight. Or towards us over here, depending on where we position ourselves with regards to the frontier.
For this creator, everything emerges as a result of the long years in which she studied and worked on printmaking techniques with Toshi Yoshida, Lee Chesney, Clinton Cline, Jules Heller, Misch Kohn... great masters of the printmaking of our century. But Yolanda sets forth from them and advances the concept of "evolving edition" of Kohn’s: those editions in which different works arise from the same plate.
In this process we must keep in mind the artist's loyalties to her transgressions. Loyalties: to continue using the etching press as a primary tool for the creation of their work; to continue using the plate and its elaborated surface from which to structure the composition. Loyalty, in short, to long years of learning and dedication; to the teaching of great masters.
But in all these works we can appreciate the transgression of orthodoxy. But this does not mean a step towards heterodoxy but rather to a new, different, and personal field. Because the print, painstakingly made, becomes the surface on which papers, fabrics, paint, pencil lines, overlap and intersect to take us to new latitudes. In Yolanda del Riego the techniques accumulate, they overlap, they become fierce, they are enhanced, to lead us to spaces of meticulous and precise nuance. Yolanda del Riego leads us beyond the limits of technique.
And beyond, in turn, the limits of what is in sight. We could say that the artist is a landscaper. We could say that each work of hers is an open window to memories. So many years living in virgin colorful lands of the Caribbean, ...so many years delving into the depths of lavishly brash nature, create, or rather created, in the artist an unforgettable substrate, dynamic, in which nature —trees and spaces, colors, plains and mountains, cold and vegetation, skies and storms, clouds and rains— is an essential part of feeling.
And in the patient elaboration of each work, inevitably, this substrate arises, the memory arises, the experience that has marked an indelible sensation. Landscape, landscapes of memory that lead us to the limits of what is in sight: nothing is concrete, nothing is real, nothing is recognizable. Everything arises from the remotest corner of emotion and everything transpires between reality and abstraction, between emotion and passion.
Presentación, escrita por Francesc Miralles
La obra de Yolanda del Riego es una obra de frontera. Su interés y su importancia se fundamentan en su transcurrir por los límites. Para un creador es siempre fascinante este juego de saberse unos pasos más allá, unos pasos más acá; es siempre fascinante no saber exactamente cuál es la situación de las coordenadas.
Yolanda del Riego construye unas obras que discurren más allá de los límites de la técnica y más allá de los límites de la visión. O más acá, según nos situamos en la frontera.
Todo surge, en esta creadora, a raíz de los largos años en que estudió y practicó técnicas de la estampación junto a Toshi Yoshida, Lee Chesney, Clinton Cline, Jules Heller, Misch Kohn...grandes maestros del grabado de nuestro siglo. Pero Yolanda parte de ellos y avanza en el concepto de "evolving edition", de Kohn: aquellos tirajes en los que de una misma plancha surgen obras diferentes.
En este proceso debemos tener presentes las fidelidades de la artista a sus transgresiones. Fidelidades: seguir utilizando el tórculo como herramienta base para la realización de su obra; seguir utilizando la plancha y su trabajada superficie para, desde ella, estructurar la composición. Fidelidad, en suma, a largos años de aprendizaje y de dedicación; a la enseñanza de grandes maestros.
Pero en todas estas obras podemos apreciar la transgresión de la ortodoxia. Pero sin que esto signifique un paso a la heterodoxia sino a un campo nuevo, distinto, personal. Porque la estampa, esmeradamente realizada, se convierte en la superficie en la que papeles, tejidos, pintura, líneas a lápiz, se superponen y entrecruzan para llevarnos a nuevas latitudes. En Yolanda del Riego las técnicas se acumulan, se superponen, se violentan, se potencian, para conducirnos a unos espacios de esmerada y precisa matización. Yolanda del Riego nos conduce más allá de los límites de la técnica.
Y más allá, a su vez, de los límites de la visión. Podríamos decir que la artista es una paisajista. Podríamos decir que cada obra suya es una ventana abierta al recuerdo. Tantos años viviendo en tierras vírgenes colorísticas del Caribe, ...tantos años profundizando las profundidades de una naturaleza agresivamente rica, crean, crearon en la artista un sustrato inolvidable, dinámico, en el que la naturaleza -árboles y espacios, colores, llanos y montañas, fríos y vegetación, cielos y tormentas, nubes y lluvias- queda conformando una parte esencial de sentir.
Y en la paciente elaboración de cada obra surge, inevitablemente, este sustrato, surge el recuerdo, la vivencia que ha marcado una indeleble sensación. Paisaje, paisajes del recuerdo que nos conducen a los límites de la visión: nada es concreto, nada es real, nada es reconocible. Todo surge desde el más recóndito rincón de las emociones y todo discurre entre realidad y abstracción, entre emoción y pasión.